martes, 27 de mayo de 2008

Aumenta violencia en Sudáfrica

Redacción BBC Mundo

Sudáfrica ha entregado nuevas cifras sobre el número de personas muertas y desplazadas por la ola de ataques contra extranjeros en las últimas dos semanas.

El ministro de Seguridad, Charles Nqakula, dijo a la BBC que 56 personas han muerto y más de 650 resultaron heridas hasta el momento.

Más de 30.000 han sido desplazados de sus hogares, agregó el funcionario.

Otras organizaciones aseguran que el número de desplazados es mayor, y que podría superar los 80.000.

Nqakula añadió que se han efectuado 1.300 arrestos y que se han establecido tribunales especiales para confrontar la situación.

Agencias de ayuda dicen que un número significativo de nacionales de Zimbabwe han estado partiendo para Zambia, mientras que otros van a Mozambique y Botswana.

El domingo, el presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, denunció la violencia antiinmigrante como una desgracia que ha mancillado el nombre de Sudáfrica.

"Bajo control"

Mbeki encabezó el lunes la reunión de un equipo de trabajo gubernamental para discutir la crisis.
En declaraciones posteriores, Nqakula insistió que la situación "estaba bajo control".

Añadió que no hay información clara acerca de la etnicidad de aquellos que habían sido obligados a huir.

Según el Centro para el Estudio de la Violencia y Reconciliación de Sudáfrica, hasta 100.000 africanos pueden haber sido desplazados por los brotes de xenofobia.

Muchos han dejado Sudáfrica, un país al que alguna vez consideraban su hogar, informa el editor de África de la BBC, Martin Plaut.

Las agencias de ayuda hablan de muchos zimbabwenses partiendo para Zambia.

El gobierno de Mozambique, por su parte, dice que cerca de 20.000 de sus connacionales huyeron de Sudáfrica

El presidente sudafricano Mbeki, dirigiéndose a su país por televisión el domingo, dijo que los ataques eran los peores hechos de inhumanidad que Sudáfrica había experimentado luego del final del apartheid.

Indignación

El corresponsal de la BBC en Johannesburgo, Will Ross, informa que algunos en Sudáfrica se preguntan por qué le tomó dos semanas al presidente de ese país en dirigirse a la nación sobre el asunto.

El reportero agrega que hay mucha xenofobia en Sudáfrica y que a menudo se acusa a los extranjeros de llevarse los puestos de trabajo y contribuir al crimen.

Pero pese a esa percepción -señala- la mayoría de los sudafricanos se encuentran profundamente indignados por la violencia.

Los incidentes se desataron con una oleada de ataques contra extranjeros en Alexandra, una comunidad cercana a los barrios más exclusivos de Johannesburgo, la principal ciudad sudafricana.

Desde entonces, se han extendido a siete de las nueve provincias sudafricanas.